martes, 27 de marzo de 2007

La maldición del pensamiento políticamente correcto

Después de escribir mi crítica o comentario a la película de 300, he leído abundantes críticas de la misma en la que se comentaba, más que la película en sí, el riesgo de glorificar o convertir en héroes a tipos como los Espartanos: abiertamente violentos, belicosos y machistas. Y es que la primera vez me reí de lo absurdo del comentario, pero a la cuarta me preocupé. Creo que en ningún momento proponen a los espartanos como un modelo de conducta. Me parece que en todo momento queda claro que son una panda de fundamentalistas y locos. En mi crítica me he preocupado de dejar claro que los espartanos de la película me parecen unos locos y unos energumenos, que es una película políticamente incorrecta del todo.

Pero es que no hay duda de que los espartanos eran muy similares a como aparecen reflejados en la película. Los atenienses temblaban al oír hablar de esta Polis que vivía solo por y para la guerra a todos los niveles de su sociedad. Todo lo que no fuera batallar, entrenar, etc. estaba en manos de esclavos. Y tampoco cabe ninguna duda de que la batalla de las Termópilas fue algo similar a lo que se ve en la película, sin el halo mítico o legendario. Exponerlo de otra manera sería falsificar la realidad de ese pueblo. Ojo, no estoy diciendo que la película y el cómic sean realistas, pero sí que lo son con respecto el espíritu de los espartanos en aquella época, hace 2.500 años.

Pero es que con estos comentarios se plantean 2 cuestiones de más hondo calado:

1. No se puede juzgar a los hechos y a las personas de otrora con conceptos de hoy en día. Ya en aquella época, los espartanos, por seguir con el tema, eran considerados como unos locos, cuanto más ahora. Pero no nos conviene olvidar que las grandes conquistas sociales datan del siglo XX, ayer como quien dice. Hasta 1945 no existían derechos humanos, declaración que países que se dicen demócratas y el colmo de la libertad, como los USA aun no han firmado. Los espartanos sí que eran demócratas hasta la médula, como se ve clarísimamente en la película, a pesar de que eran misóginos, machistas y belicosos. Pero no nos olvidemos que hasta 1920, las mujeres no pudieron votar en ningún país del mundo y mucho menos dedicarse a la política.
Pero no hay que centrarse en la película. Intentar juzgar cosas como la inquisición, la conquista de América, la Commonwelth, etc. desde el siglo XXI es absurdo. Para juzgar o criticar algo, primero hay que entenderlo, cosa que parece que no pasa en la mayoría de los críticos de cine, tal como se ve.

2. Una de las grandes falacias sociales actuales es la búsqueda en los medios de comunicación de modelos de comportamiento. La sociedad, en su dejación de sus responsabilidades, ha decidido ceder la labor de ejemplarización al cine y la televisión, en vez de ser ella misma un ejemplo. Antes, era la familia la que representaba un ejemplo de comportamiento de las nuevas generaciones. Ahora son lo héroes del cine o de la tele. Y eso es absurdo. El Leónidas de 300 solo podría ser ejemplo de aceptación de su responsabilidad y obligaciones. Pero de nada más.
Pero es que tampoco son mucho más ejemplarizantes otros supuestos héroes mucho más aceptados, como Indiana Jones, que con la excusa de la arqueología, si lo piensas bien, era un expoliador, además de un golfillo. O los héroes de los Westerns, que tenían tendencia a tomarse la justicia por su cuenta en duelos bajo el sol. O Batman, un millonario que se viste de murciélago para vengarse del mal, así en abstracto, por la muerte de sus padres. O los médicos de House y Anatomía de Grey, que pasan de todos los convencionalismos (y el amigo Greg House, de la Ley) por salirse con la suya y satisfacer sus necesidades: la vanidad en caso de House y el instinto de depredador sentimento-sexual en el caso de los médicos de Seattle.

Con esto quiero decir que hay que ser muy coherente con lo que se dice, se critica o se opina. Hay que ser muy coherente y pensar mucho lo que se dice u opina. Y más si sales en un medio público. Harry el Sucio, otro justiciero autónomo, decía que las opiniones son como los culos, todos tenemos una. Pero no todas las opiniones son válidas ni valen lo mismo. Es nuestra responsabilidad ser crítico con los críticos y expresar nuestra disconformidad. Y la mía en este post es que hay que tener cuidado con lo políticamente correcto.

Os recomiendo que leais el libro “Cuentos políticamente correctos” de Gianni Rodari para daros cuenta lo aberrante de esas ideas al ser aplicadas a cuentos como Caperucita o Garbancito, un chico de pequeñas proporciones, ya que enano es ofensivo….

Por último, no deja de ser paradójico que triunfen series bastante incorrectas como “los Simpson”, “Padre de Familia” o “Me llamo Earl”. Es que creo que la gente está hasta los güevos de lo políticamente correcto.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo.
Lo políticamente correcto se impone como una fachada común y estándar para todos los ciudadanos que quieran considerarse respetables y dentro de la línea "ética/moral" que propone la sociedad moderna.

Lamentablemente, creo que la sociedad no ha cambiado en esencia desde los tiempos de Leónidas o de Moisés, sólo se han cambiado unos valores por otros.
Dependía de las sociedades y de los tiempos, pero antes el declararse ateo, a favor de la igualdad de derechos u homosexual era algo más que políticamente incorrecto y podía terminar el asunto en la horca. Hoy en día el rechazo social es para aquellos que no proclamen como suyo ese perfil que la sociedad sermoniza desde los púlpitos de los medios de comunicación, como bien dices.

Creo que seguimos siendo los mismos lobos de siempre, solo que con una piel de cordero más light, de armani y color caqui, para engañar a más millones de bobos. Y con frecuencia para engañarnos a nosotros mismos.