domingo, 22 de abril de 2012

REC3:Wedding, bloody wedding.

El fenómeno de las sagas cinematográficas no es, para nada, común en nuestro país. Como mucho, solemos tener películas con cierto éxito al que se la hace una segunda parte. O historias que exigen ser contadas en dos filmes, como “El Pico” o “El Lute”, para no quedarnos con ejemplos recientes,. Estoy pensando en “La herencia Valdemar”. Pero repito, el fenómeno es extraño y más bien reciente, tal vez, debido a la temática y el público objetivo del cine español, que no es precisamente el juvenil-adolescente, el adecuado para este tipo de acciones. Huelga decir cual es “La Saga” de nuestro país, mal que le pese a algunos: “Torrente”, a la que ahora, le podemos sumar esta de REC, que va por la 3ª de sus entregas y con una 4ª en camino. 

  Pero antes de entrar en materia, quisiera dejar clara una cosa: Debido a una política desastrosa en materia de producción, que se discutirá otro día, el cine Español parece condenado a ser trascendental, a contar cosas serias y en todo “adulto” y centrarse en el drama más puro y duro, olvidándose que, en la rica dramaturgia española, la del Siglo de Oro, también había mucha comedia, sainete y esperpento. Esto lleva a dos cosas, una desconexión con la masa de público que solo busca entretenimiento y no que lo dogmaticen ni le adoctrinen y la segunda, y más grave, que debido a la lamentable dependencia de los productores de subvenciones y de las televisiones debida a la demencial legislación que afecta al medio, cuando soplan ciertos vientos, las cosas se pongan francamente jodidas. Y con razón. A esto, se suma que en España todo el mundo es muy susceptible. Si ahora se hiciera un simple policiaco con ETA o el 11M de trasfondo, siempre habría alguien que se sentiría ofendido porque no se respeta a la víctimas o porque frivoliza los hechos. En países más maduros, como Francia o Inglaterra, por no hablar de los USA, eso no pasa. Es lamentable que haya que andar con pies de plomo para no ofender a nadie a la hora de utilizar la realidad para hacer una ficción. 

Y¿a qué viene este aserto? Viene a que el cine español necesita como el agua que se hagan películas como estas. Películas de género, totalmente denostadas por los puretas del cine íbero, ya que recuerdan al “cine de palomitas de Hollywood”, que, si bien no es un modelo encomiable, sí tiene muchas cosas de las que se puede aprender. Para empezar, piensa en el espectador. Decir de la saga de REC, de la que ya hemos comentado las dos primeras partes en su momento en este blog, es una más que decente y novedosa serie de películas de miedo es quedarse cortos. Y es novedosa por cuanto ha logrado hacer nuevos cestos con mimbres antiguos. En su momento, cuando se estrenó, se hablaba de referentes anteriores, como “EL proyecto de la Bruja de Blair”. El tiempo, y el estreno de películas rodadas también cámara en mano, nos ha permitido valorar las virtudes que tenía Rec 1, ya que conseguía de manera excelente trascender el mero truquito para situar al espectador realmente en la escena y en un lugar físico muy concreto. Es decir, no se quedaba solo en un artificio narrativo exótico (de aquella era exótico) como se convertía en importante para la narración. Y así fue reconocida, dentro y fuera de nuestras fronteras, ganándose, incluso, el dudoso honor de ser remakeada por Hollywood. 

 La novedad de la segunda parte fue que el principio se solapaba con la película inicial, permitiendo ver que pasaba después de que aquella acabara y dejándonos conocer un poquillo más de la intrahistoria y qué pasaba con algunos de los personajes de la 1ª una vez acabada. Además, aportaba una nueva visión, al estar protagonizada por unos personajes especiales: militares de élite, en vez del equipo televisivo de la intrépida Ángela Vidal (Manuela Velasco). A pesar de que tenía más de continuación que de segunda parte y tenía abundantes aportaciones novedosas, la película era muy deudora de la anterior, lo que hizo que, para algunos, no contara tanto como esta.

 Y llegamos a la 3ª parte, subtitulada “Génesis”, dirigida solo por Paco Plaza, el 50% de las anteriores. Y nos encontramos con un producto que, sin dejar de pertenecer en ningún momento a la saga y ser plenamente coherente con ella, se aleja mucho de la misma. La boda de Clara (Leticia Dolera) y Koldo (Diego Martín) se convierte en un infierno cuando el lugar donde celebran el banquete se convierte en un infierno poblado por los familiares y amigos convertidos en infectos poseídos. La situación festiva pasa a ser una lucha por la supervivencia y la reunión de los dos recién casados, a la vez que la búsqueda de una explicación. 

 Para muchos, la principal diferencia será que, llegado un momento ( mediante un chiste excelentemente puesto) abandona la cámara en primera persona, para abrazar lo convención, cosa que tiene gran significación y permite una libertad narrativa que, en otro caso, habría ahogado la producción y, sobre todo, la narración de los hechos. Es decir, es una decisión pensada y meditada que le permite tomar vuelo. En mi opinión, es una decisión sabia y coherente de la que hablaré con más detalle. A mí, personalmente, me llama más la atención el cambio de adscripción de la película, que abandona el género de terror para abrazar, en multitud de ocasiones, el de la comedia y la bufa, en una deriva que me recuerda bastante a la que sufrió “Elm Street”. Si bien, mientras en la saga americana, el chiste era un poco de chascarrillo y algo barroco, aquí, nace en la ironía, lo ridículo que es todo el ritual Kitsch que rodea a una boda. Es decir, son chistes que, si te lo piensas bien, no tienen tanta gracia por lo que tienen de mostrarnos a un espejo no demasiado deformante: Es decir, nacen de la impostura social, la falsa felicidad y el cainismo de la familia y los amigos. Porque esa es otra de las principales diferencias que nos encontramos, ahora, la acción ya no se desarrolla en la casa de las ramblas barcelonesas, si no que en un palacio o castillo de esos donde se celebran las bodas y que han crecido por doquier en todas las esquinas de la país. 

 Tal como ya he comentado, la película cuenta, desde un punto narrativo, con dos partes narrativas bien claramente diferenciadas. La primera, en 1ª persona, son los vídeos que se ruedan de la celebración de la boda y que, en muchos momentos da tanta vergüenza ajena como los vídeos de bodas de verdad. Esta parte contiene la parte más burlona y cínica de la cosa. La segunda parte de la película es en tercera persona, lo que libera al director para que pueda desarrollar la narración y acumular abundantes imágenes que devienen en icónicas, sobre todo, en torno a la Novia. Es su día. Y esta es su película. Es un equilibrio bien conseguido, si bien, exige, sobre todo, en la 2ª parte, cierta suspensión de la realidad. Aunque no tanta como exigen otras películas bien conocidas y valoradas. 

 La película en sí, tiene una factura impecable. Sinceramente, no tiene nada que envidiar, desde un punto de vista formal, a cualquier película que vemos a diario proveniente de allende los mares. De hecho, ya les gustaría a ciertos productos superexitosos tener estos “zombies” y trasmitir la tensión que esta película trasmite en algunos momentos. Y sin necesidad de tanto rollo, interpretaciones filosóficas y literatura. A ello, hay que sumarle un desparpajo y una atrevimiento que raramente se ve por ahí, que se traducen en soluciones de guión (toques cañís o castizos) y de producción que hacen de esta película algo diferente. 

Yo creo que, si bien no debe de ser el único tipo de productos que se deben de hacer en España, el cine de género de nuestro país es excelente. Me joroba un poco que no se haga más debido a las ínfulas artistas de nuestros cineastas y, sobre todo, de una situación político social desgraciada y confundida. Películas como esta, me hacen reconciliar con el cine de mi país, del que estoy más de divorciado. Como la mayoria.

jueves, 19 de abril de 2012

Después de Cars, Planes

jueves, 12 de abril de 2012

Simiocracia

Aunque ya lo ha visto hasta el último mono del país (valga la rebuznancia), al haber puesto Españistan, pongo su continuación espiritual.
Here it is!

Video interactivo

Tippex ha desarrollado uno de los anuncios interactivos más currados que hayamos visto. Tras el vídeo de inicio y elegir una de las dos opciones, deberemos introducir el año que queramos y los personajes aparecerán en esa época.
Hay innumerables escenas, basta con ir probando. Hay MUCHISIMOS videos y todos bastante graciosos, así que os recomiendo que le dediqueis un poco de tiempo.