viernes, 26 de febrero de 2010

¡Toma frikada!

jueves, 25 de febrero de 2010

LO QUIERO YA!!!!!



Los que me conoceis sabeis del terrible cuelgue que tuve de la primera parte. Hasta soñaba con su musiquita. Por eso, una de las mejores noticias jueguiles del 2009 fue el proyecto de Nintendo de sacar una segunda parte en Wii. El video del E3 ya prometía, pero es que este...
Venga, que solo faltan 3 meses!!!

miércoles, 24 de febrero de 2010

Turning Japanese

Para que veais que no siempre me descuelgo con royos larguísimos sobre películas, os adjunto una versión del "Turning Japanese" de los "The Vapors" a cargo de Kristen Dunst, dirigida por McG (Terminator Salvation) y el artista pop Takashi Murakami.
La versión no está nada mal. Es muy parecida a la original, pero con un toque Pop que le sienta bien.
Kristen no tiene mucha voz, pero creo que han encontrado la manera de que quede muy bien, con esas dobles voces, las veces algo mecánicas.La verdad es que me gusta.
Hacía años que no oía la canción, me ha traido muchos recuerdos. Es lo que tiene ser viejo.




Lo que hay que reconocer es que hay que tener muchas narices para vestirse de Lolita en Akihabara, aunque es muy propio...

Turning japanese, I think I'm turning Japanese I Really think so...

domingo, 14 de febrero de 2010

El Hombre Lobo


Desde siempre, se ha acusado al cine americano de ser poco original, de repetirse. Desde siempre, han insistido en hacer nuevas versiones de clásicos europeos, cuando no directamente nuevas versiones de películas propias, habiendo pasado un tiempo más o menos sustancial. Muchos directores, guionistas y productores famosos de reconocido prestigio han hecho remakes, desde Billy Wilder hasta Martin Scorsese. En ocasiones hasta se han versionado a sí mismos. Quiero decir con esto, que el fenómeno del remake no es ni nuevo ni, necesariamente, malo. El problema radica en que la nueva versión no aporte nada al original, sea una simple copia, por lo que sería un ejercicio de futilidad, o que lo que aporte no merezca la pena. A mí me gusta diferenciar entre en simple remake, que es lo que desgraciadamente abunda, del “redux”, sacar una nueva versión más allá de la simple copia. Del primer caso podríamos poner ejemplos bochornosos como la versión americana de [Rec], la terrorífica (por mala) “Quarantine” o “Vainilla Sky”, el remake de “Abre los Ojos”, por citar dos casos de origen patrio. En el segundo caso, podríamos incluir cosas como “The taking of Pelham 123”, versión moderna de la de los 70 o versiones en film de series de la BBC como “Retorno a Bridgehead”.

A este fenómeno, se le suma ahora el hecho de que una serie de personas que se han criado viendo cine tienen ahora cierto poder de decisión. Y sienten nostalgia por los Films que veían en la infancia que, en la mayoría de los casos, no era precisamente el que de aquella se consideraba de calidad. Y quieren reproducirlas en la actualidad. No debemos de pensar que solo Tarantino tiene ese tipo de impulsos. Por eso, de vez en cuando asistimos a la revisión de temas y personajes clásicos, que nos vuelven a visitar aires clásicos pero con ropajes nuevos Con el espíritu de la serie B, pero hechuras de la Serie A. Hemos visto resucitar a la Momia en la muy pulp “The Mummy” y secuelas. Ciñéndonos al género de terror, estamos asistiendo a una resurrección del mito del vampiro y, ahora, la del hombre lobo. Clásicos de la Universal, la Hammer de sesión doble y palomitas, para tiempos donde el cine aun tenía algo de linterna mágica.

Estas actualizaciones se pueden realizar desde la actualización de los clásicos, llevarlos a nuestros días, como pasó con, por ejemplo el Van Helsing de Sommers, que actualizaba con una pátina infográfica la esencia de las películas de aventuras basadas en Robert E Howard o las ya citadas de la Momia. Pero también se puede hacer desde un respeto mucho más escrupuloso al modelo original, como en la de Solomon Kane o en esta película: El Hombre Lobo.

La película que nos ocupa hoy respira clasicismo por los cuatro costados, empezando desde el guión, bastante alejado de lo que se estila hoy en día, pero no hace unas cuantas décadas. Es un guión adulto, directo, conciso y serio, lineal y claro, lo que en los tiempos que corren hoy en día, bastante melifluos, es toda una novedad. La verdad es que no se podía esperar menos de Andrew Kevin Walker, el autor de los libretos de “Se7en”, “Sleepy Hollow” o “The Game”. Por poner un ejemplo, el protagonista está condenado, sufre (el famoso héroe doliente). Pero no se recrea en su tormento, como haría uno de los pesados vampiros de la Saga Crepúsculo. Se enfrenta a su maldición y la afronta como lo que es, un hombre adulto. Y eso se hace extensible a los que le rodean, que asumen la situación y actúan como deben, sin contemplaciones. Hay gente que acusa a la película de haber desperdiciado el potencial narrativo de ciertos hechos de la película. Pero en mi opinión, desviaría la atención de la idea central y desdibujaría las claras intenciones de los autores. Además, haría la película demasiado moderna.

Pero no nos debemos de quedar en el guión a la hora de hablar de clasicismo, la puesta en escena también lo exuda. Empezamos con las maravillosas transiciones con la luna y la niebla como protagonistas dan fe de ello, siguiendo por las transformaciones, rodadas de manera muy artesanal, a pesar de toda la tecnología que está detrás de ellas, con tiros de cámara que se podrían haber filmado hace cincuenta años. Además, hay una evidente y gozosa contención que le sienta muy bien al conjunto de la película. La tecnología de hoy en día tienta a los directores a mostrar todo aquello que antes, por limitaciones técnicas, solo podían insinuar. Aquí evita eso, con evidente éxito, en mi opinión. A pesar de ello, lo que sale en pantalla, lo que se muestra es, en casi todo momento, mucho más que digno. Y digo ”casi” porque hay algún CGI que ha quedado algo fulero…

Si en algo destaca de la película, además de su vocación casi reverencial al clasicismo que hemos comentado, es su cuidadísima ambientación, obra del equipo que tan buenos resultados le habían dado a Tim Burton en Sleepy Hollow. Ya hemos visto que ambas películas comparten guionista. Pero también comparten a Rick Heinrichs como diseñador de producción, lo que se ve en esas agobiantes salas del palacio, los prados entre nieblas y la estricta gama cromática de la película, casi en escala de grises en el rural y con un agradable tono dorado en Londres. Ambas películas también comparten al compositor, un Danny Elfman que hace una excelente partitura que, en ocasiones recuerda a la del Drácula de Coppola. Me gustaría destacar los ropajes de la italiana Milena Canonero por lo mucho que dicen de los personajes que los visten. Por ejemplo, los hombres lobo visten chaquetas de grandes hombros y talle recto que refuerzan su naturaleza sobrenatural. Otro ejemplo que podemos citar es que el color que destaca en el vestuario del personaje de Emily Blunt es el blanco de la pureza. Incluso cuando va vestida de luto lleva detalles blancos, como lo es su tez. Esto deja ya claro, de un modo subconsciente, que ella es la “buena” de la película.

El trabajo actoral es excelente. No se podía esperar menos de estos magníficos actores. Creo que tener que comentar algo sobre el tema es innecesario. Pero es que me gustaría destacar la actuación de Hugo Weaving. Ya es la enésima vez que, con gran contención y aparentes pocos recursos, se adueña de las escenas en las que sale. Lo que dice mucho de él. De todos modos, ya le queda poco que demostrar después de acaparar la pantalla en “V de Vendetta” sin necesidad de enseñar la cara.

Pero el verdadero protagonista de la película es Rick Baker. Esta película es un compendio de todo el arte y la experiencia que el último de los profesionales clásicos del maquillaje ha ido recogiendo durante las últimas décadas. Para mí, esta película tiene un mucho de homenaje (merecido) a su labor en cientos de películas, desde Star Wars a subproductos de serie Z en las que se ha visto envuelto, muchas de ellas puestas en sus merecidos pedestales por el tiempo, el más justo de los críticos.

Esta ha sido una película complicada de hacer. Hace ya casi 2 años que se acabó el rodaje principal. Desde entonces, ha pasado un larguísimo proceso de montaje, depuración y ajuste de efectos especiales para lograr obtener el producto que realmente se quería. Un producto de calidad. Se rumorea, se dice en los mentideros que los efectos CGI han dado muchos problemas. Curioso, ¿verdad?. En los tiempos de Avatar, el viejo Baker es certero como una flecha y fallan las modernas virguerías que llenan la boca a papanatas tecnófilos. También se ha comentado que hubo ciertas discusiones de carácter artístico, pues los productores pensaban que era “demasiado clásica” y querían que los hombres lobos se vieran algo más dinámicos, en el estilo de los que se habían visto en “Underworld”.El caso es que me da igual cuanto hayan tardado en sacar la película. Ha salido una buena película. Excelente en muchos aspectos. Así que el tiempo ha estado bien dedicado.

Se le pueden poner defectos, ya he comentado que hay un par de CGI que cantan, a pesar de los esfuerzos en ese particular. También hay ciertos problemillas en ver la evolución de la relación chico-chica de primeras debido al original modo de mostrar el paso del tiempo mediante los ciclos lunares. Aunque basta pensar un poquillo para darse cuenta de que la cosa es correcta, que no es un problema. Es solo que pide un poco más de ti. Pero son cosas menores que quedan compensadas por los aciertos, que son más numerosos y destacables.

Si te gusta el terror de aroma clásico, como a mí, esta es tu película. Si prefieres los Slasher sanguinolentos y los vampiros de crepúsculo, mejor quédate en tu casa afilando tus armas blancas y suspirando por Edward Cullen o Bella, según sea tu sexo (o tendencia sexual, seamos políticamente correctos).

martes, 9 de febrero de 2010

viernes, 5 de febrero de 2010

Mando ergonómico

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