Para Johnnie Walker.
Ya sabes por qué. Lo prometido es deuda.
"Era una gran sala, con una claraboya modernista en el techo. La claraboya emitía luz de neón, pues no se abría hacia el exterior. En el centro de la sala, había un alto rodeado de bancos de madera alicatado de baldosas blancas al que se subía por unas trabajadas escaleras de mármol. Y en ese alto había una gran bañera. Estaba muy bien pulida en una sola pieza de mármol blanco de Carrara, al estilo clásico, y constaba de cuatro pies que imitaban las zarpas de un león. La bañera estaba llena hasta el borde de espuma y dentro había una mujer. Tenía su húmedo pelo recogido en un improvisado moño. El ruido de la puerta basculante la sacó del ensimismamiento y giró la cabeza para mirar al hombre que acababa de entrar en la lujosa estancia. La mujer no hizo ningún gesto, solo se puso en pie. El agua chorreaba por su morena piel desde el moño que, al levantarse, se había desecho, haciendo que su piel brillara a la luz de los neones de la claraboya.
Diego constató que el cuello, antes corto y robusto, se había estilizado, la cintura se había estrechado, el ombligo alargado en la vertical, las caderas, antes rectas, sobresalían, el pecho, otrora plano, era ahora generoso y turgente. Y la extraña hendidura vertical, carnosa y rosada de la entrepierna, estaba ahora recubierta de una suave y crespa mata de pelo rojizo, como el de la cabeza. Pero el resto era todo tal cual lo recordaba de cuando la había visto desnuda por última vez, hacía casi cuarenta años, en la casita cerca de la playa.
-Bienvenido a mis dominios, Donovan.-Dijo la mujer, mientras se plantaba dentro de la bañera con las piernas abiertas, los brazos en jarras y el pelo cayéndole, en discretas y húmedas guedejas sobre la cara."
"My memories about Her"
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