lunes, 28 de mayo de 2007

La ficción televisiva (1):La nueva edad de Oro de la ficción estadounidense


Este será el primero de una serie de posts que voy a colgar en este blog sobre las series de la televisión. Me voy a centrar, sobre todo, en las americanas. La razón es evidente: son mucho más interesantes que las de otras nacionalidades, incluidas las españolas, aunque no las descuidaré. En este primer post, que podríamos llamar de introducción, hablaré un poco de la nueva edad de oro de la ficción televisiva estadounidense.
La década de los ochenta y comienzos de los noventa fue una época fecunda para las series americanas. Triunfaban las comedias amables, como “Los problemas crecen” o “apartamento para tres”, las series de acción Light, como McGyver o “el Equipo A”, sin olvidar los tensos dramas para adultos, como “La ley de Los Ángeles”, “Corrupción en Miami” y un largo etc. que creo que huelga que yo ponga aquí. También creo que voy a excluir los culebrones tipo “Dinastía”, a pesar de lo exitosos que fueron. Estas series seguían la tradición de las décadas anteriores de series como “Green Acres”, “The Monsters” y otras que hoy se consideran clásicos.
Pero a finales de los noventa, llegó el lobo en forma de reallity shows. Curiosamente, el concepto moderno de reallity es un invento europeo, no americano, si bien como base siempre estuvo un estilo de hacer televisión basura (o “trash”) típicamente americano. Es decir, ya había Reallities en USA. Pero los buenos resultados de caja de “Gran Hermano (o “Big Brother”) y “Operación triunfo” ( “Sing Star” o “Idol Singer”dependiendo del país) en el viejo continente, junto con las novedosas y exitosas (y muchas veces de pésimo gusto, ej “I beg your will”o “Extreme makeover”) ideas de las empresas multimedia MTV y Cosmopolitan, y una serie de sonoros fracasos en el campo de la ficción, llevó a las cadenas generalistas americanas a apostar por los reallities. El riesgo era menor y los beneficios, mayores. Uno de los momentos claves de esta aparente debacle fue la huelga de los seis actores de “Friends” para ganar más dinero. En la décima y última temporada, la mayoría del presupuesto se iba en pagar a estos y el margen de beneficios se estrechó. Esto, junto con la debacle del 11-M, que acabó con la vida de uno de los ideólogos de la serie, David Crane, y que Seinfield, la gran competidora, ya se había acabado, marcó el fin de la serie más rentable(a pesar de todo) de la historia USA.
Con Friends se acabaron las series en lo que se conoce como “cadenas generalistas”, donde se sustituyeron, tal como dijimos por Reallities y concursos. Era el fin de una era de entender tele. Durante bastante tiempo (televisivamente hablando) se atravesó el desierto. Había series, y buenas, pero no eran mayoritarias, por ejemplo “Frasier”. Hasta que las cadenas por satélite y cable empezaron a apostar fuerte, a apostar por esa gente que demandaba historias, que le contaran cosas interesantes. La ventaja con la que contaban estas cadenas es que le control administrativo de sus contenidos por parte de la Administración era (y es) sensiblemente inferior, lo que permite la introducción de conceptos totalmente novedosos y más arriesgados.
La primera de las series que rompió moldes (y recaudó mucho) era una basada en la columna semanal de Catherine Bushnell, donde una pija del village neoyorquino contaba su vida sentimento-sexual y la de sus amigas y sus (frustrantes) relaciones con los hombres. Era un doble atrevimiento; hablar de sexo de una manera tan explicita en la televisión, sin ser una peli para adolescentes…Además, ¡¡desde un punto de vista feminista!! Como es obvio, hablamos de “Sexo en Nueva York”, “The Sex and the City”, la primera serie con la palabra “Sexo” en el título. Hoy en día, Carrie Bradsaw y sus amigas ya son conocidas y ya no escandalizan, pero al principio fue algo totalmente rompedor. Y más en una sociedad tan hipócrita y puritana como la de los USA. Durante 5 temporadas y media (una de ellas, creo recordar que la cuarta, tiene la mitad de episodios que las demás debido al embarazo de Sarah Jessica Parker), las chicas se reunían a hablar de hombres y sus problemas en torno a una mesa devorando (es un decir) un delicioso sándwich vegetal.
Lo realmente novedoso de la serie es que no era nada condescendiente con nadie, ni los hombres eran un desastre y los dejaban fatal (aunque tampoco especialmente bien) ni las mujeres eran tan maravillosas (aprende eso, Ana Obregón). Intentaba huir de los tópicos de las series clásicas, un buenrollismo general y la norma no escrita (y seguida a rajatabla en las producciones de nuestro país) “Todo debe de cambiar para que nada cambie”. De hecho, la última temporada era bastante curiosa, pues todos los personajes, después de todos los bandazos que daban, acababan de una manera bastante convencional, clásica. Es decir, que al final, la cosa no era tan rompedora como parecía. Mucha gente consideró ese final como una concesión a lo políticamente correcto. Yo creo que fue algo muy atrevido. Ellas, que eran unas desencantadas y unas atrevidas, encontraban la paz emulando a las generaciones anteriores, las que criticaban y menospreciaban. Entraban en el redil. Aunque parezca mentira, el final era de cierto modo una reivindicación de las relaciones de toda la vida.
“Sexo en Nueva York”, marcó el comienzo de una nueva manera de hacer series, más libre y más adulta, donde el protagonista era la historia y los personajes, no el gag o la risa fácil. En las series de éxito actuales ya no hay risas enlatadas.
El siguiente gran pelotazo vino de Jerry Bruckheimer. El rey de la película adrenalítica de los movidos años 80 y 90(Top gun, Dos policías rebeldes, La roca y un largo etc.) estaba algo escocido. Su última gran apuesta por la acción con Michael Bay, “Pearl Harbour” no había triunfado (Al menos no lo esperado, cosa previsible,¿habéis visto alguna vez una peli tan cursi sin Julia Roberts o Meg Ryan entre su cásting?. Un diabético se moriría de shock hiperglucémico si no tuviera su lanceta de insulina a mano…) Así que el listo de Bruckheimer decidió cambiar de tercio y hacer un policiaco diferente, desde el punto de vista de los científicos. Así nació CSI y el carismático Gilbert (Gil para los amigos) Grissom. Otro pelotazo. Los gañanes que eran guays en el insti, y se llevaban a la rubia animadora de pechos grandes y turgentes, se quedaban amargados en el pueblo vendiendo seguros, viendo una serie protagonizada por aquellos de los que se burlaban en su juventud y que ahora perseguían asesinos, sentados al lado de una gorda cuyas tetas le llegan al ombligo y los envidiaban…Por primera vez era más importante el método científico, la biología, la química…que la intuición para resolver el caso. El detective solitario y autosuficiente era sustituido por un equipo. Fue algo atrevido, ya que los personajes iban a utilizar leguaje científico en un producto para legos. Hoy en día, en la mayoría de las series americanas, lo que más se valora es el esfuerzo intelectual. Vease House, Bones, Boston Legal…etc.
¿Y que decir de 24? Ya hemos hablado de ella en su correspondiente post, así que no quiero enrollarme demasiado en ella. El impacto, sobre todo estético y narrativo de 24 ha impregnado muchas series, tales como “Prison Break” o la española “Cuenta atrás”, pero también ha tenido gran importancia social. Antes, los malos eran individuos corruptos dentro del sistema. A partir de esta serie, es el propio sistema el que está corrupto.
El último gran ladrillo de la regeneración de la ficción estadounidense, desde mi punto de vista, fueron dos series semejantes. Una triunfó y la otra no, a pesar de que, a priori, tenía todas las de ganar. Me refiero a “Alias” y “Dark Angel”.
“Dark Angel”, producida por James Cameron fue un fracaso bastante sonado. No ha dejado demasiado poso en la mente de la masa (sí en la de los Freaks, claro). Lo mejor que se puede decir de ella es que era mala y que sentías un desagradable Deja-vú (o como se acentúe): se parecía demasiado a aquella cutreserie de culto, “La femme Nikita”. Lo bueno es que nos presentó a una esplendida Jessica Alba.
“Alias” era más humilde, pero mucho más cachonda y resolutiva. Tenía acción y tensión y fue la demostración de que con imaginación se suplía la falta de presupuesto. También fue la constatación de que JJ Abrams tenía un futuro brillante. Pero ya hablaremos de esta serie en otro post…
Por supuesto, este post no es un estudio pormenorizado de la producción estadounidense, es una simple enumeración de las que, a mi humilde juicio, fueron las series fundacionales de la nueva ficción del país de las Barras y estrellas. Por ejemplo, he obviado las estupendas series de la HBO, tales como “Roma” o “Deadwood”. Hace poco más de un lustro no nos podíamos imaginar lo que se nos avecinaba. Creo que sin estas series, hoy tal vez tendríamos “Los Soprano” o “A 2 metros bajo tierra”(tengo mis dudas), Pero desde luego NO tendríamos “House”,”Prison Break”, “Entre Fantasmas” , “Mujeres desesperadas” o “Anatomía de Grey” y ni de coña “Perdidos” o “Habitación Perdida”.
En el siguiente post: “La estrella es el Guionista”

No hay comentarios: