viernes, 25 de noviembre de 2011

Clasicos #1: Un condenado a muerte se ha escapado


Con este post, inauguro una sección en la que comentaré películas más antiguas de lo acostumbrado y que creo que tienen cosas interesantes que decirnos y/o enseñarnos. Seguramente, comente algún clásico o alguna película más mitificada por el tiempo. Será cuestión de estudiar si ese film se merece realmente haber pasado a la historia del cine o, al menos, a nuestro imaginario y también su aportación a la historia del cien, el arte...etc.

La principal diferencia que habrá entre los comentarios de estas películas y los, digamos, usuales, es que en estos no voy a evitar el spoiler. Consideraré que las películas son lo suficientemente conocidas como para que todo el mundo la haya visto o sepa bastante de ellas. Es decir, voy a entrar más al detalle y comentar escenas, soluciones de guión, secuencias, lo que sea preciso. Esto es algo que intento evitar por lo usual y que ha hecho que me granjee alguna crítica de superficial o de no argumentar mis afirmaciones. Pero yo ya había avisado en mi primer post que mi intención en este blog iba a ser escapar todo lo posible del Spoiler, lo cual suele ser frustrante... De todos modos, no os preocupéis, siempre estará en mi cabeza el Spoilear lo menos posible.

Y empezamos esta “sección” con una estupenda película de Robert Bresson de 1956 llamada “Un condenado a muerte se ha escapado” o “El aire sopla donde quiere”. Tiene dos títulos, a elegir por el consumidor. En ella, se cuenta como el Teniente Fontaine, de la Resistencia Francesa, logra escaparse de una cárcel del Régimen de Vichy, colaboracionista con los Nazis invasores. Fontaine está acusado a muerte por sabotaje, al haber volado un puente. La película empieza con Fontaine siendo trasladado en coche hasta la cárcel y con el primer intento de fuga, lo que hace que ya se gane unas galletas, y acaba con él en libertad. Fugado y feliz. Y esto no es un spoiler: el título de la película ya lo dice. Ya en ese primer intento de fuga en el coche, se nos muestra por primera vez la peculiaridad que hace que sea muy estudiada en todas las escuelas de cinematografía del mundo, lo que se ha venido a llamar el “fuera de campo”.

Este fuera de campo consiste en un uso particular del binomio sonido/imagen. Es más, la parte del sonido puede dividirse en sonido ambiente, la película en sí, y la voz en off de Fontaine que nos cuenta...lo que le apetece. Me explico mejor: Muchas de las cosas que acontecen en la película suceden fuera de cámara. Fontaine mira a algo que sucede fuera de campo que produce un ruido o sonido determinado que oímos y reacciona a eso. Nosotros, los espectadores, nos enteramos de qué ha sucedido en la medida en que reconocemos el sonido, la reacción de Fontaine (u otro personaje) o en cuanto Fontaine nos cuenta en monocorde voz en off qué es lo que ha pasado. El problema es que los comentarios de Fontaine son parecidos a los que se han puesto de moda en los DVD: “Comentarios del director”. Te cuentan de aquella manera lo que estaba sucediendo en aquel momento como si estuviera comentando la película a la vez que le ve contigo. Los comentarios parecen improvisados, cansados y hasta desganados. Muchas veces, incluso, contradicen directamente a lo que se oye y ve en pantalla. Por ejemplo, tras la fuga del coche al principio, se ve y se oye como los Nazis le meten una paliza con unas barras de hierro como castigo. De hecho, llega ensangrentado y sin consciencia a su primera celda. Pero él comenta que se estaba haciendo el muerto, que la paliza no había sido para tanto. En realidad, no sabes si te está mintiendo, haciéndose el macho o qué. Poco a poco ves que, efectivamente, la paliza no había sido muy fuerte. Pero hasta que tú mismo decides que ese dato en particular era cierto, habías tenido que fiarte de su palabra. Y ves que no siempre dice la verdad. Este efecto, presente en toda la película, se va acrecentando a medida que va pasando el metraje. Cada vez se te da más información por sonido y menos por imagen y los comentarios de Fontaine son más desganados. Eso hace que la fuga, por ejemplo, sea muy emocionante, por más que sepas que es exitosa.

Contado así, pudiera parecer que la película es compleja, aburrida, caótica o difícil de alguna manera. En absoluto. Ahí está la absoluta grandeza de la película: Es francamente entretenida y, en momentos, hasta divertida, pues el tipo es bastante cínico, lacónico y descarado. Además, plantea un sutil juego con el espectador: como estás viendo la historia desde el punto de vista de Fontaine y te cuenta y muestra lo que le apetece, nunca sabes cuanto hay de realidad en lo contado o cual es la parte real de lo contado. Y esto lo hace sin demasiado alarde, con una dirección sencilla, hasta algo plana y muy utilitaria, narrativa, que es lo que requiere la cosa. Además, a pesar de que juega con el equívoco, escatimando información al espectador o directamente engañándolo,en ningún momento hace trampas o juega toma el pelo al espectador.

También hay que destacar los contrastes. La cárcel, sin dejar de ser una cárcel, es bastante luminosa, sin demasiado carcelero y con una rutina y exigencia bastante laxa. Los carceleros están presentes, pero como ausentes, salen lo justo, y lo hacen despersonalizados, sin alardes. Esto hace que, siendo una película de fugas, lo parezca solo hasta cierto punto. Podemos decir que está más cerca del cine narrativo europeo de la época que a “La gran evasión”. Otro gran contraste es la ausencia de música, salvo un animado Mozart en determinados momentos puntuales. Su única función es el subrayado de esos momentos, por lo que aparenta de ruidoso.

La fotografía, en blanco y negro, es estupenda, especialmente, la parte final de la película. En contraste con el resto del metraje, diurno, la fuga es nocturna y es estupendo ver en pantalla ese alarde de texturas y contrastes. Dejaré para un futuro la discusión sobre b/n y color, porque creo que es un tema que merece ser tocado. Solo voy a decir que el B/N permite cosas que se pierden con el color, así que no hay que denostarlo por sistema.

Los actores están todos muy bien. Especialmente, el director FranÇois Leterrier, que hace aquí de Fontaine. Su cara de pote, desgarbo y aire arrastrado vienen de perlas al personaje, un buscavidas con pinta de mindundi. Citar que Leterrier, bastante conocido en el país vecino, solo ha hecho dos películas como actor y que su hijo Louis ha sido el que nos ha dejado “Furia de Titanes Versión 2010).

No me gustaría acabar esta crónica sin mencionar que es una película que va in crecendo y que su último tercio es excelente. A pesar de que dije que no me iba a cortar a la hora de spoilear, decir que he dejado muchas cosas de la historia sin mencionar. Y, por lo tanto, sin comentar. Ya veis que no ni he mencionado al guión. Tampoco que me gustaría dejar de insistir en que es una película peculiar, curiosa pero muy visible y para nada cruel, sórdida o cualquier adjetivo que se le pueda poner a una película de genero carcelario. Hay gente que le tiene reparos a este género.

Es muy muy recomendable para todo aquel al que le guste un poco el cine. Debo de decir que es algo complicada de encontrar y que no la hay doblada. Se perdería el 90% de la gracia del film.

Disfrutadla. De verdad

1 comentario:

Lisbeth dijo...

qué bien! admite sugerencias su tenebrosa arkanidad? ahí te va una: Ingmar Bergman ¿El título? el que le venga mejor, mas apetecible, o a mano...
gran acierto desviarse a los clásicos... un saludo!
;0D