domingo, 30 de mayo de 2010

El final de "Lost"




Durante bastante tiempo me he resistido a escribir sobre esta serie, a pesar de que sé que alguno de vosotros lo deseaba. Y me resistí por la sencilla razón de que me parecía demasiado complicada como para escribir unas simples líneas aquí, en un blog minoritario. Además, por sus peculiares características, me pareció que lo más indicado era esperar a que acabara para poder juzgar la obra al completo. La cuestión era saber si los guionistas improvisaban sobre la marcha las fascinantes aventuras y desventuras de los tripulantes y supervivientes del vuelo 815 de Oceanic o, en cambio, tenían un plan y dejaban la cuestión más o menos bien cerrada. Ahora ya tenemos respuesta: Perdidos ha acabado, dejando a muchos algo huérfanos de su dosis semanal de misterio y quebraderos de cabeza místico-fantásticos.

Muchos nos temimos que este era un viaje que donde lo importante era el camino en sí y no a donde íbamos a llegar. El tiempo y los guionistas han acabado por darnos la razón: el final no ha sido digno de la serie. En realidad, sido la última temporada entera, la 6ª, la que no ha sido digna. No voy a entrar a valorar la serie y las múltiples paranoias, teorías, fobias y filias que esta ha despertado. Al menos no en esta entrada de blog. Aquí, voy a juzgar la serie desde un punto de vista meramente formal, como una exposición de unos hechos que acontecen a unos personajes. Es decir, voy a dejar afuera cualquier consideración de lógica, credibilidad etc. de la trama, de qué nos estaba contando.

Para empezar, debo decir que la serie ha sido excelente en su planteamiento y desarrollo. Pocas series han enganchado más y han sido capaces de innovar y renovarse más que esta. Cada vez que parecía que habían llegado al culmen, los guionistas se sacaban algo de la manga para volver a darle una vuelta más a la tuerca. Lo que en un principio era la historia de un simple accidente de avión en una isla desierta en el Pacífico, se ha convertido en una saga sobrenatural poblada de personajes carismáticos y hechos increíbles. Para ello, se han forzado las reglas de la narración y se han visitado casi todos los géneros posibles. Cada temporada ha estado abonada, por así decirlo, a un género. A groso modo, podemos decir que la primera era de supervivencia, aventuras en un entorno misterioso y con enemigos desconocidos. Su inspiración era “El señor de las Moscas”, “La isla del tesoro” y otros clásicos. En la segunda, parte de la amenaza se materializó y abordó el género de los mad doctors y sus misteriosos experimentos, especialmente desde la aparición de Desmond Hume y el famoso botón de la estación “Cisne”. La tercera, redundó en el tema, al verse más cuestiones sobre Dharma. Había un cierto aire a lo James Bond en lo de construcciones e instalaciones misteriosas. La cuarta, se adscribió al género de aventuras de acción más cercano a las películas de los ´80. Aparecían unos mercenarios y se veía que la amenaza también podía provenir de fuera. La 5ª era de viajes en el tiempo y la 6ª y última ha acabado siendo una temporada más mística que otra cosa.

Todo esto se ha narrado de una manera cuando menos curiosa, ya que, a medida que la historia avanzaba, se iban viendo fragmentos del pasado de los personajes principales en numerosos flashbacks que dosificaban sabiamente la información y justificaba, hasta cierto punto, las acciones y actitudes de los personajes. En la 4ª temporada, esos flashes dejaron de mirar al pasado para mirar hacia al futuro: eran flashforwards. En la 6ª temporada, pasaron a enseñarnos una realidad paralela.

Creo que ahora es el momento de volver a destacar lo sabio de su desarrollo, dándote información a paladas pero muy dosificada. Y sin orden ni explicación evidente.

Ahora bien. Todo lo que empieza, debe de acabar. Lo que sostiene cualquier narración es el contrato tácito de que todo lo que pasa va a tener una explicación más o menos coherente y evidente. Es decir, que va a tener un desenlace. Por eso, el receptor de la historia (lector, espectador…según el medio) se compromete a seguir el hilo argumental a lo largo de la obra completa: en algún momento todo tendrá su explicación. Hasta mediados del siglo pasado, era casi obligatorio que las piezas, al final, encajaran exactamente como un puzzle para poder disfrutar plenamente de la imagen del mismo. Hoy en día ya no se pide tanto. Nos llega con que se vea bien la imagen. En ocasiones, incluso, nos llega con el hecho de que se intuya. Pero es obligatorio que la historia, vista en conjunto, tenga pinta de estar terminada, aunque se pudiese prolongar en el tiempo. Desgraciadamente, esto no pasa en Perdidos. Llegado el momento de las explicaciones, se potencia una línea argumental que era más bien secundaria y se la convierte en la principal con la escusa de que esta es “una serie de personajes”. De forma que, si explicas que pasa a los personajes, se supone que la historia está bien terminada. Error. Los personajes son solo una de las patas de la silla. Es cierto que, en esta serie es una pata importante. Pero no lo es menos que es solo una de ellas y que no era precisamente la que mantenía la atención de los espectadores.

Una narración se basa en 5 elementos que hay que saber desarrollar, dosificar, controlar, mantener y que, en todo momento deben de tener entidad propia. Estas partes son: El mito o fábula, que sostiene la historia (Hace mucho tiempo, en una Galaxia lejana, muy lejana…), los personajes, la historia, la Lexis o locución, el ritmo y el sentido del espectáculo. En perdidos, después de manejar las cinco partes de una manera mucho más que correcta (en algunos momentos, asombrosamente), al comienzo de la 6ª temporada, pasan a preocuparse solo de los personajes, manejando a los otros 4 elementos de una manera increíblemente chapucera. Cosa que se hace más sangrante, y reitero, después del grado de maestría alcanzado en algunos momentos.

Además, pierden el control del Timing de la historia. Se nota que hay momentos en los que se han quedado sin tiempo para contar todo lo que querían contar y que, en otros han metido paja. Solo porque querían guardarse todos los ases hasta el final, sin dosificarlos, al contrario de lo que hacían en el pasado. Tal vez les haya podido la presión mediática. No sé. Es cierto que, como ya he dicho en ocasiones, poco pueden hacer 20 tíos en un chilote escribiendo en un galpón frente a millones desde sus casa realimentando sus ideas y paranoias en los foros de Internet. Pero es que yo creo que nadie les pedía la formula de la pólvora, solo que le historia estuviera bien, el final fuera sorpresivo y todo quedara medianamente explicado. Pues nada, al final, casi nada queda explicado. Todo queda en un Deus Ex Machina bastante molesto. Hasta este momento, este recurso había sido frecuentemente utilizado. Pero es que había un misterioso semidios en la isla llamado Jacob que, aparentemente, era el titiritero, el maestro de orquestra que estaba detrás de todo. Cuando se descubre la realidad sobre Jacob y el misterioso humo negro, gran parte del andamiaje de la serie y de las explicaciones que, a lo largo de la serie, habíamos dado por válidas (en realidad, habíamos inferido), se derrumban. Dejaban de tener lógica.

Por otra parte, cometen lo que para mí son dos errores imperdonables. El primero es que se olvidan de que una narración debe de ser autónoma. Es decir, si tienes que salir a explicar algo de la misma, sea lo que sea, es que has fracasado. Se puede juzgar cuanto has fracasado por cuanto tengas que explicar. En este caso, han tenido que explicar mucho, muchísimas cosas. Por lo que, objetivamente, este final es un fracaso total. El otro gran error que comenten es cambiar las reglas a mitad del juego. Esto es algo que no me gusta nada: si se pactan unas reglas narrativas a principio de la narración, no las puedes cambiar por las buenas. No digo que sean inamovibles, pero explica porqué las cambias y como las cambias. Es tu responsabilidad como narrador llevar de la mano al espectador, en este caso. Y no estoy diciendo de dárselo todo mamado. No. Pero no lo puedes dejar Perdido.

Para mí, esta 6ª temporada ha sido una decepción total, de una incompetencia casi insultante. Me quedan las 5 primeras temporadas, pero es un triste consuelo.

¿Si me ha gustado el final? Para mí es solo un final. No me vale como el final, ya que apenas finaliza con nada. Lo que más pena me da es que, por lo que se lee en los blogs de los guionistas, no es que no tuvieran la historia convenientemente atada o controlada, que no improvisaban tanto, vamos. Es que no han sido capaces de narrar el final de una manera adecuada. Y no lo tenían tan difícil, tenían en sus manos todo lo que necesitaban, Salvo, parece, la capacidad de hacerlo.

Una pena. De verdad.

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