domingo, 18 de abril de 2010

Alicia en el País de las Maravillas


Por fin, casi mes y medio después que en el resto del mundo, este fin de semana se ha estrenado en España “Alicia en el País de las Maravillas” de Tim Burton. Y en 3D. Podríamos discutir aquí la idoneidad de que tarden casi mes y medio en estrenar en España, el 5º mercado mundial del cine, no lo olvidemos. Este es el tipo de pequeñas cuestiones que la majors se olvidan de comentar cuando se lamentan de la piratería en España. Yo mismo he encontrado en Internet la película en calidad DVDrip hace mucho tiempo. No la he bajado. Y la razón es doble. Para mí, ir al cine tiene algo de ritual. Me gusta ir al cine a disfrutar de una película. Para mí, en mayor o menos medida, el cine es un hecho cultural, intelectual. Por eso no entiendo a los que se meten en la sala oscura a comer, a darle a la lengua y, en los tiempos que corren, a meterse mano. Por Dios; eso se puede hacer en cualquier sitio. Además, me gusta comprar los productos de aquellos que sé que van a ser honestos conmigo. Yo puedo consumir un disco, una película o un libro y no gustarme. Pero, si no me siento engañado y veo que su propuesta es profesional y honesta, considero que ha sido dinero bien gastado.
Esto viene porque esta “Alicia” está siendo una de las películas de Tim Burton más contestadas. Y está siendo contestada desde la mezquindad y desde una mala baba que son lamentables. Pero hablaremos de este particular con más calma más adelante, pues considero preciso comentar antes que esta me ha parecido una película excelente. Es cierto que no es una película redonda. Los que leéis habitualmente este Blog ya habréis leído que, para mí, el cine es un esfuerzo colectivo, el fruto de una sinergia que tiene mucho de profesionalidad, arte y suerte. Por eso, una buena película es un pequeño milagro. Esto no lo entienden muchos que se limitan a criticar sin hacer un esfuerzo por ir más allá. El arte, y más el narrativo, debe de llamar a tres partes de tu cuerpo, mente, corazón y vísceras, lo que correspondería a las tres partes de las que, según Aristóteles, se compone el alma. Cuando comentas una película, un libro, un comic, hay que ponderar los tres niveles.
Y Alicia, para mí, llama a los tres niveles. Para empezar, y que me disculpen los fundamentalistas, desde el punto de vista estético, esta película es un portento. Mucho más que Avatar. Y digo esto porque creo que hay un gran trabajo por concretar una fantasía clásica, una realidad poliédrica, en una sola película. En sus imágenes veo a Gorey, al Dr. Seuss, a los expresionistas alemanes, a Durero y a los animadores checos. Pero sobre todo, veo a Lewis y a Tim Burton. No sé porque una panda de mentecatos tienen las narices de comentar que esta es una película impersonal de Tim Burton, que se ha ido vendiendo a la industria hasta que aquí ha perdido la personalidad. Que me perdonen, pero ¿han visto la misma película que yo?. Una de dos, o no ha sido así o no tienen ni idea de qué es de lo que hablan. En este film encontramos las constantes estéticas de Burton, los guantes de rejilla de Alicia, el molino de viento desvencijado, las verjas con hiedras, los planos forzados, casi en ojo de pez, así como la frialdad casi vaporosa de la Reina Blanca que ya podíamos encontrar en la marciana de “Mars Attack!” o en la Vampiresa de “Ed Wood”. Y, por supuesto, una magnífica banda sonora a cargo de Danny Elfman.
Pero la cosa va más allá. También encontramos las constantes argumentales de Burton en el guión: seres inadaptados, las relaciones paterno-filiares, aquí salvadoras, otrora castrantes, la salvación por medio de la imaginación y el triunfo del pequeño frente al grande. Este tipo de cosas ya las habíamos visto en su película sobre Peewee Herman. Es cierto que no es tan oscura como otras películas. Pero esos curiosos colores pasteles ejercen el mismo efecto digamos que dionisiaco. Y es que Burton vuelve a plantearnos otra lucha entre el Dionisos y el logos. Para que vuelva a ganar el logos. Como hace siempre.
Más allá de lo citado, debo de decir que esta es una película digna del mundo de Lewis Carroll. No se trata tanto de Tim Burton interpretando a Carroll como Burton leyendo a Carroll en una historia novedosa firmemente basada en las dos novelas de Carroll. Quien haya leído la novela, ve que no se aleja demasiado de los libros. No han intentado hacerlas suyas, cosa que últimamente pasa mucho, ni ser tan fieles y caer en el pecado del seguidismo. La principal diferencia es subir 9 años la edad de Alicia (el pensamiento políticamente correcto obliga). Mia Wasikowska compone una Alicia real. Es el punto humano en un mundo de fantasía algo siniestro al que se refieren como “Mundo subterráneo” (Underland), en un juego de palabras, que se pierde en la traducción, que tiene bastante de declaración de principios. Wasikowska interpreta, desde la contención y la economía, un personaje que hace un viaje desde el Logos al Dionisos para, una vez alcanzado, volver al logos cambiada. Ese viaje que Morfeo quería que hiciese Neo en la primera parte de “Matrix”. La australiana ya había demostrado anteriormente que es una joven actriz a tener en cuenta. A ver cuántos son capaces de batirse semana tras semana 43 minutos con Gabriel Byrne y no salir trasquilados.
La verdad es que todos los actores están excelentes. Destacan Helena Bonham Carter, en un papel bastante desagradable, aunque muy agradecido y una fría e inmaculada Ann Hathaway, en el otro papel desagradable. La bella actriz nunca lució tan…fea y desagradable y el etéreo e inexpresivo blanco rara vez se había visto tan poco inmaculado y siniestro en el cine. Mención aparte hay que hacer a Johnnie Depp y su sombrerero loco, al que han dado más cancha. Estrellato obliga. Depp lo vuelve a hacer y se queda justito antes de que su alocado personaje se convierta en excesivo. Curiosamente, se muestra muy contenido. Aunque parezca mentira.
Pero me temo que también tengo que poner algún reparo a la película. Esta mantiene un buen ritmo y coherencia hasta el final, al salir del agujero de conejo. Allí, la necesidad de cerrar todos los arcos argumentales abiertos en pocos minutos hace que la cosa sea muy poco creíble y harto forzada. No quiero comentar aquí, por no hacer spoiler (aunque no lo sean demasiado). Pero esos últimos minutos son indignos de lo visto hasta el momento.
Me llama la atención que ahora, que Burton está facturando sus mejores obras, es cuando está siendo más atacado. Y se le ataca, en ocasiones, con muy mala fe, con rencor. Creo que hay gente que le tiene envidia por haber sabido conectar con un amplio espectro de espectadores que lo admiran. Es increíble el impacto de “Pesadilla antes de Navidad” en un sector de la juventud aun hoy en día, tantos años después de su estreno. Tal vez sea que ciertos sectores no le perdonen haber sido capaz de compaginar (de un modo muy peculiar, cierto) comercialidad con su política de Autor y tener mucho éxito. O ser el único director vivo del mundo que ha tenido una exposición en el MOMA. Solo hay que ver qué es lo que se le critica para ver qué es lo que les escuece. Si es que la envidia es muy mala…

1 comentario:

Ray Senda dijo...

Coincido con todo o gran parte de tu entrada, tronco. Me ha parecido una gran película, excelentemente bien rodada y cuando menos, hay que reconocerle el mérito de crear un Under/Wonder-land totalmente reconocible pero con el toque personal de Burton.

Si hubiese que ponerle un pero, es que tal vez el título debiera haber sido "Regreso al País de las Maravillas", ya que mucha gente esperaba ver un calco de la historia de Carrol contada tantas veces, sobre todo teniendo en cuenta la versión animada por Disney. Y es que uno de los comentarios que escuché en el cine fué: "¿Dónde está el vestido azul con el delantal blanco de Alicia?". Lo que hay que oir.