martes, 6 de enero de 2009

The Spirit:unos comentarios










Pocas veces se me ha puesto tan complicado comentar algo en este blog como en este caso, razón por la cual he tardado unos días en escribir estos comentarios. Me he dado cuenta de que era importante releer los cómics del genial Eisner y el libro de diálogos entre Miller y Eisner para poder hacerme a la idea de qué es lo que el primero buscaba al adaptar al segundo, al que considera su maestro. He encontrado que la dificultad radica en que, más 50 años después de que se dejara de editar el cómic de “The Spirit”, este sigue siendo una rareza: en esta serie Eisner ha definido lo que hoy conocemos como cómic. El autor judío es el padre del lenguaje comiquero, de la inmensa mayoría de los recursos de este arte, de las características del medio…Lo que hoy consideramos como lo normal, lo característico, nació en esta saga. La paradoja radica en que tras definir todas estas “reglas” y recursos, que llamó “arte secuencial”, se puso a violarlas, a retorcerlas y manipularlas. Así que, el material de partida para la adaptación ya es de por sí sumamente complicado.






Esto se debe de interpretar como que este comentario va a ser, por narices, incompleto, se va a quedar cojo.

Lo primero que llama la atención de la película es que estéticamente recuerda mucho a Sin City. Esto ha sido cuestión de polémica y, según he leído en abundantes foros y críticas, no ha gustado especialmente. Pero es que desde siempre, la estética del comic de Sin city, y por tanto su versión cinematográfica, ha sido totalmente deudora de la de Eisner en esta obra. Es decir, en origen es Sin city la que se parece a The Spirit y no al revés, como insisten todos los que se acercan a la obra sin saber. Eisner comentaba que se gastaba dos botellas de tinta china para hacer cada historia del enmascarado, de siete páginas. Es cierto que Miller ha llevado la estética a su terreno en gran medida. Como muestra, un botón: Spirit viste ahora de negro y calza zapatillas Converse, pero, en esencia, se mantiene bastante fiel, entre otras cosas, por la premeditada indefinición de los fondos de Eisner, que esbozaba los edificios para que el lector rellenara los huecos inconscientemente, aprovechando el conocido como efecto espejo.

Si seguimos comentando la estética, debemos decir que, al igual que se había hecho en Sin city, se ha buscado que el cine se convierta en cómic, en vez de que el cómic se convierta en cine, como sucede en recientes éxitos como “Ironman” o las de Batman. Miller ha intentado convertir la pantalla del cine en una gigantesca viñeta, cuadros estáticos donde sucede la acción, lo que explica que sean los personajes los que se mueven, no la cámara, así como la abundancia de planos atrevidos, con abundancia de picados y contrapicados. Estos muestran una ciudad industrial sucia, deprimente y agobiante, donde el sol brilla cansino y la noche abunda en sombras. Una ciudad de los años 40, de antes de la guerra, una ciudad digna de los relatos de Dashiell Hammett o Raymond Chandler, donde el lumpen se mezcla con la policía y las fronteras entre el bien y el mal están muy desdibujadas. Se agradece que estas escenas carezcan del tono vintage que tenía, por ejemplo, la New York de “Captain Sky and the World of Tomorrow”.

Pero si en lo que a estética, la película es digna de la obra de cómic, no se puede decir lo mismo del guión. Spirit es hijo de unas circunstancias muy especiales y se escribió en un momento muy diferente al actual, lo que hace que , lo que servía en el cómic en los '40, no tenga por qué hacerlo en el cine del siglo XXI. Miller ha hecho desaparecer al personaje de Ebony por sus connotaciones racistas (recordemos otra vez más que el último nº de la saga salió en 1953), pero no ha sido capaz de trasladar el descreimiento, el canallismo y las ganas de pasarselo bien del cómic. The Spirit cinematográfico se toma a él y a su ¿trabajo? demasiado en serio, así como a todas las circunstancias que rodean a este. En el cómic, el tío se dejaba llevar y pasaba un poco de todo. Cuando tenía que actuar, lo hacía un poco con desgana, como obligado por las circunstancias, muchas veces en la forma del Comisario Dolan o su hija, y supuesta novia oficial, Ellen. Esta diferencia se trasluce en cosas como la aparición de la voz en off. Si bien, en el cómic hay voz en off en muchos relatos, esta NUNCA fue la de Spirit, que jamás lanzaría esas soflamas sobre “mi ciudad”. Esto es directamente de Frank Miller. Y creo que no es un buen añadido. Desvirtúa el punto de descreimiento y chapucería que domina en los cómics. Además, da a la obra un exceso de verbalidad de la que el cómic suele carecer. Durante 10 años, desde 1940 a 1953, con el interludio 42-45 de la 2ª Guerra Mundial, Eisner publico una historia a la semana, por lo que, unido a su ya citada ansia de experimentación, da para todo, pero abundan más las historias basadas sobre el dibujo que sobre el verbo.

En mi opinión, está muy bien llevado el asunto de las mujeres. Spirit es un ligón impenitente. Adora a las mujeres, sobre todo, a la única decente, Ellen Dolan. Mujeres fuertes en un momento en el que estaba a puntito de explotar la liberación sexual y se iban a publicar los libros de Masters y Johnson y de Shere Hite. Mujeres sinuosas, misteriosas, Femmes fatales. En el cómic destacaba la Dra. Silken Floss, la única que llevaba al enmascarado al altar, interpretada en la pantalla por Scarlett Johansson. Un personaje la mar de interesante, tanto en el cómic, como en la interpretación de Miller para la pantalla, un poco desaprovechado. En este aspecto, me llama la atenciñon que no aparezca P’Gell, la auténtica Némesis de Spirit.

También ha sido un acierto el aspecto bufo, casi de Looney Tunes de la violencia, así como muchos de los chistes. A un montón de gente, les ha chirriado la peli en este último aspecto. A mí me ha recordado profundamente al cómic, sobre todo, la escena de los calzoncillos y las chicas mirando desde el ascensor y la de las fotocopia como sello de autoría del crimen ^_^.

Después de dejar claro que creo que es una buena adaptación, conviene decir que el problema es si el cómic es “adaptable”. En mi opinión, creo que en vez de adaptarlo, hacer “la lectura” del mismo, habría que haber hecho una lectura, una interpretación menos respetuosa. Los que no han leido el cómic original, encontrarán la película, cuando menos, bizarra, si no les parece directamente una porquería. La obra original son pequeñas historias de 7 páginas donde dominaba la anarquía argumental y estilística(que no estética). Cada historia era como un átomo independiente entre sí. Por eso, creo que habría que haberle dado más coherencia interna al argumento de la película. Es verdad que así recuerda al cómic. Pero de una reacción atómica, siempre surgen nuevos elementos o productos químicos un cómic no es una película. También creo que se han equivocado resaltando el componente sobrenatural de Spirit. En el cómic lo tiene, como lleva antifaz: es un complemento más y nunca el objeto de la obra. También creo que la violencia es demasiado explicita. En el cómic es tan implícita que casi se podría decir que se refiere antes que mostrarse.

Por necesidades de espacio, Reitero que este comentario a la película se ha quedado cojo. Debo dejar esto muy claro. Pero creo que es un buen comienzo y que he dicho lo principal en líneas generales. Reitero la tremenda complejidad de comentar esta película.
Espero vuestros comentarios.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pues mira, estaba esperando a que hicieras la crítica, así que voy a "cebarme" un ratito...

Tengo que decir que ví la película hace cuatro o cinco días, por lo que puede que haya algún detalle que se me escape, pero, en general, me ha dejado una sensación poco positiva.

A mi entender, el guión está bastante deslabazado, y los elementos interesantes se desdibujan en una vorágine blanquinegra de mujeres hermosas y violencia más o menos gratuíta, según los casos, intentando emular la genial adaptación de Sin City.

No pretendo entrar en detalles ni en tecnicismos, ni en valorar cual fué primero o cuál copió a cual; después y durante la película, simplemente me embargó una sensación de vacío, ya que el Spirit que se nos plasma en la gran pantalla no es suficientemente interesante como para recibir todo el peso de la trama y posiblemente los secundarios y antagonistas son argumentalmente más interesantes que el héroe pero quedan desaprovechados y relegados a un segundo plano.

Sí, como se puede traslucir de mis comentarios anteriores, no me gustó. Tal vez debieran haberse tomado más licencias que introducir un teléfono móvil y unas Converse en un entorno tipo "años cuarenta", o tal vez me pareció bastante flojo y pobre el paso al lado oscuro de Samantha (aunque no tan lamentable como la cagada de Anakin Skywalker), o quizás hubiera preferido que me contasen más cosas de Octopus, el personaje de Samuel L. Jackson (este tío está en todas)... pero podemos dejarlo en que, simplemente, no me gustó.