La semana pasada robaron en Atenas la guitarra Jackson de Adrian Smith. Ya han puesto un anuncio en su página web con el nº de serie de la guitarra y una recompensa para el que la recupere, una chupa firmada por el guitarrista de la perilla rubia (¡¡¡peazo recompensa!!!).
La pregunta que me asalta es,¿Qué interés tiene robarle un instrumento a un artista?. Si el artista te gusta, lo estás perjudicando, te estás perjudicando, ya que, como es lógico, tienen sus preferencias y se sienten más a gusto con determinado instrumento. Además, es cierto que la Jackson de Smith es custom y tal, pero no es un Stradivarius; su valor real es que fue tocada por él. Lo que creo que hace difícil su recuperación. Ya que su valor real está en sus manos, tocando “Hallowed be thy name”, por ejemplo ( o el riff inicial de “Wasted years”¡Sí nenita, sí!). Probablemente la atesore un fan freaky de la Doncella para su propio y onanístico disfrute personal.
Mal está el mundo.
La pregunta que me asalta es,¿Qué interés tiene robarle un instrumento a un artista?. Si el artista te gusta, lo estás perjudicando, te estás perjudicando, ya que, como es lógico, tienen sus preferencias y se sienten más a gusto con determinado instrumento. Además, es cierto que la Jackson de Smith es custom y tal, pero no es un Stradivarius; su valor real es que fue tocada por él. Lo que creo que hace difícil su recuperación. Ya que su valor real está en sus manos, tocando “Hallowed be thy name”, por ejemplo ( o el riff inicial de “Wasted years”¡Sí nenita, sí!). Probablemente la atesore un fan freaky de la Doncella para su propio y onanístico disfrute personal.
Mal está el mundo.
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