domingo, 13 de enero de 2008

Next-El hombre dorado


Chris Johnson (Nicholas Cage) es un mago de Las Vegas de tres al cuarto que se gana la vida en un espectáculo en el que averigua cosas de los presentes en la sala. Lo que los espectadores no saben, es que esto lo hace porque tiene la capacidad de predecir el futuro. Pero esta habilidad especial de Chris es conocida por la agente del FBI Callie Ferris (Julianne Moore) y Mr. Smith (Thomas Kretschmann), el líder de una misterioso grupo terrorista europeo que cuenta con una poderosa arma nuclear en su poder.
La capacidad de presciencia de Johnson se limita a dos minutos en el futuro y siempre que este esté directamente relacionado con él. Por eso, se ha obsesionado con la reiterada visión de la aparición de Liz Cooper (Jessica Biel) en una cafetería a desayunar, pues incumple ambas normas, ni ocurre en el margen de dos minutos ni él está presente cuando la chica entra en el local. Al principio de la película, ha localizado el local en cuestión, por lo que se persona todos los días a la hora que le indican los relojes de su visión, par encontrarse con la chica. Pero infructuosamente.
Un día impide que un atracador mate a dos guardias de seguridad en un casino gracias a sus habilidades. Esto hace que Ferris lo localice y mande a sus agentes detrás de él. En la fuga, entra en la cafetería de sus visiones, y Liz hace su aparición. A partir de entonces, ambos deciden escapar de la ciudad hacia un futuro que Chris ya conoce de antemano.
Este es el argumento de esta película de Ciencia Ficción basada (es un decir) en un relato de Phillip K. Dick, “El hombre dorado”. Y digo que lo de “basada en” es un decir porque, como suele pasar en las adaptaciones de este autor, con la excepción de “Blade Runner” y “A Scanner Darkly”, del breve relato (unas 20 páginas) original solo recoge unas mínimas pinceladas, la habilidad pregnocitiva del protagonista y su capacidad de ver los diferentes futuros según sus elecciones. El resto, es todo inventado. Creo que seríamos suficientemente generosos si dijéramos que está lejanamente inspirada en “El Hombre Dorado”.
El filme en sí es flojo. Y es flojo, para empezar, porque no explica nada. ¿Cómo saben Ferris y los terroristas de las habilidades de Johnson?¿Quienes son los terroristas?¿Qué buscan/quieren?¿Porqué de la bomba nuclear?...y como estas surgen cien mil preguntas de un guión tan lineal como el encefalograma de los directivos de Hollywood. Por otra parte, es cierto que, como bien se ve en una de las mejores escenas de la película, Johnson puede saber qué decir y como en todo momento para camelar a Liz. Pero aun así, es difícil de creer ese enamoramiento relámpago, esencial en el relato.
Además, los poderes de Johnson fluctúan según las necesidades del guión: ahora veo solo 2 minutos, ahora veo más. No hay coherencia en esto. Aunque tampoco es que debamos de ver coherencia. Es una película que fuerza nuestra capacidad de credulidad: tienes que comulgar con ruedas de molino.
La dirección de Lee Tamahori es simplemente funcional.Solo destacan dos o tres escenas, aunque nada del otro jueves. Por su parte, Nicholas Cage aparece tan perdido como de costumbre en los últimos años. No sé donde se ha quedado aquel actor que interpretara a Sailor en “Blue Velvet”, al malote de “Face-Off”, el químico de “La roca” o al policía corrupto de “Snake Eyes” . La película está escrita como vehículo para su lucimiento personal y sin embargo, no lo logra.¿La maldición del Oscar?
Tampoco se sabe mucho que hace Julianne Moore en esta película en un papel totalmente desaprovechado, salvo ganarse las lentejas. Como desaprovechadísimo está ese gigante de la actuación llamado Thomas Kretschmann, que en su carrera americana solo ha destacado en la versión Jackson de King Kong. Su papel en esta película es hasta ridículo. Y vuelve a destacar Jessica Biel. Es cierto que su papel es, tal vez, el más agradecido de la función. Pero ella vuelve a defenderlo con más que profesionalidad. Y van…Quien lo iba a decir. Que además de ser guapa y estar buena, iba a ser una actriz más que decente.
Lo más destacable es la fotografía de David Tattersall en dorados y tierras. Tal vez un homenaje al relato original, donde Chris es dorado, como Raistlin Majere(apunte Freak).
No me ha gustado. Es más simple que el mecanismo de un chupete. Y me da rabia, pues tenían una buena base para hacer una película muy buena. Pero algo complicada. No pido que entren al trapo en las ideas neodarwinianas, ni las paranoicas ni las siniestras que Dick maneja en su relato. Pero sí que podrían haber entrado en cuestiones como la responsabilidad de la gente con habilidades especiales, la falta de alicientes de una vida en la que ya sabes lo que te va a pasar, como tienes que hacer la cosas para tener éxito, donde puedes evitar los errores antes de cometerlos… se podría haber hecho mucho más.
Y ya no pido eso. Con lo que tenían, la simpleza que habían urdido, bastaba con hacer el conjunto más explicativo y claro. No abusar de nuestra fe. Se hubieran evitado ese final tan chapucero y, en cierta medida, vergonzante.

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