domingo, 14 de noviembre de 2010

Scott Pilgrim Vs.the world: Párate mundo que me quiero bajar


Scott Pilgrim (Michael Cera) es un joven de Toronto vago, indolente y un poco caradura, aunque encantador. Vive de parásito en casa (más bien un zulo) de un amigo homosexual, Wallace Wells (Kieran Culkin) y sobrevive a costa de sablear al resto de sus colegas. Pilgrim dedica su vida a tocar en Sex Bomb-Omb, una incipiente banda de Rock con ramalazos Punk, una versión canadiense de Mötorhead, formada también por la baterista Kim Pine (Alison Pill) y el guitarrista y cantante Stephen Stills (Mark Webber, que no es el de las carreras, por cierto) Pilgrim toca el bajo (un Rickenbacker, como no), con un sonido tan cerdo como el de su más que clara referencia.
Una mañana de abril, Pilgrim anuncia a sus colegas que está empezando a salir con una chica de 17 años, Knives Chau (Ellen Wong), cuando él tiene 22 (ya 22!!). Esta se convertirá en la primera groupies de la banda. Pero todo se complica cuando en la vida de Scott se cruza Ramona Flowers (Mary Elisabeth Winstead), de la que cae perdidamente enamorado. El problema es que Ramona tiene 7 exnovios malvados a los que tendrá que vencer para poder salir con ella. Ese es el comienzo de una aventura…peculiar.

Ante todo, hay que decir que si se considera a Tarantino como postmoderno por la cantidad de referencias que utiliza en sus películas (ya podéis ver lo barato que se venden los conceptos filosóficos estos días), la acumulación de referencias y el lenguaje importado de otros medios icónicos de masas que utiliza esta película la convierten en…algo nuevo. Y es que Wright importa ideas, conceptos y referencias de los videojuegos de las consolas de 8 y 16 Bits, el rock (sorprendentemente, no el de radiofórmula), los cómics y la cultura más freak y Geek de las dos últimas décadas. Para los que somos de la primera hornada de la que ahora se ha dado en llamar Generación Perdida, la que viene justamente después de la X, que nos hemos criado con Zelda, Super Mario, Street Fighter y las largas sagas de JRPG’s, la película estará llena de significado y sentiremos una ternura hacia los personajes y sus situaciones. Nos reiremos ante el reconocimiento, algo culterano o grupal, de lo que se nos muestra. Se ha derribado las barreras entre los medios icónicos de masas. Esto sería el colmo del postmodernismo, considerando el postmodernismo como lo consideran los que opinan que Tarantino o Robert Rodríguez son postmodernistas. De hecho, creo que este concepto ya se queda hasta algo pequeño.

Y es que en los últimos años hemos visto como se empiezan a difuminar las fronteras entre cómics, videojuegos, series y películas. Aun siguen siendo cosas muy diferentes, razón por la que sigo considerando que la afirmación de los modernotes de que “el mejor cine se hace actualmente en las series de televisión” es una soberana memez. Watchmen, 300 o las modernas películas de ciencia ficción o superhéroes son un ejemplo de esto. Pero en este caso no se limitan a adoptar estilos narrativos y/o artísticos. Es que convierten la película en un mundo de realidad aumentada. Es un videojuego hecho cine. Si 300 es “la lectura” en imágenes del comic de Miller, esta película es la “lectura” de…muchas cosas, sobre todo, videojuegos. Y es que muchas de las escenas se pueden “clasificar” por géneros videojueguiles, como el JRPG (esas barras de pis), los de lucha, ya sea One on one como el Street Fighter o el Tekken, como el los de Scroll lateral, tipo Final Fight. También tenemos violencia y estética manga y mucho de espectáculo visual del mundo del rock. Esto está bien, si conoces las referencias: la canción del Zelda como una canción de amor o la presencia por doquier del triforce o la “T” del Tekken, pero si no las conoces, te perderás el significado de la mayoría de lo que en pantalla sucede. O no lo aprovecharás lo suficiente.

La película es rápida como el rayo, parece hecha por una persona con déficit de atención, aunque también sabe darse sus (leves) pausas, más que nada, para que recobres el resuello. Es directa, explícita y espectacular. Los actores están muy bien, más allá de que se parezcan a sus versiones del cómic. Todos hacen un papel excelente, sobre todo los secundarios. Son una joven generación interesante. Veremos que pueden lograr. Bueno, Anna Kendrick ya ha sido nominada a los Oscar.

Pero esta no es una película de actores, lo es de efectos especiales. Y estos son magníficos: Mundos en CGI, espadas pixeladas, los golpes que se ven y perciben… Una mezcla visualmente explosiva de cómic, videojuego y animé. Las peleas están muy bien coreografiadas, resultan divertidas y son espectaculares, en el sentido de las películas de Stephen Chow más que en el de Jackie Chan y sus émulos. Convierte lo increíble, esa violencia algo caricaturesca que hemos visto en Dr. Slump o los momentos SD de los animes en algo muy físico y visualmente atractivo, así como logra la incorporación de elementos “virtuales” a la realidad de la película de una manera muy integral. Esto se consigue mediante una dirección atrevida, pero muy formal. Es decir, no abusa de planos raros ni se luce. Deja que sea la película la que hable, no el director. Pero, sobre todo, un montaje excelente, que es donde realmente se hace la película, donde todas esas piezas dispares encajan. Es decir, es donde se obtiene la unidad que el producto tiene. Normalmente, este tipo de películas novedosas tienden a estar fragmentadas en sus Set Pieces, que se ven aislados. Esta película es muy integral. Y ya es la 2ª vez que utilizo este adjetivo…

Pero en contra, tenemos que reiterar que es una película con un target muy exclusivo: si no tienes una cierta formación o cultura…actual, es imposible que entres en la película, te expulsa por pura y dura incomprensión de las situaciones, los leit motives de los personajes y los hechos. En la contra, también tenemos un final algo reiterativo y alargado en exceso. Después de la pelea con los Gemelos Katayama, con unas pseudo invocaciones tipo Final Fantasy, la película entra en un pequeño bucle del que le cuesta salir. Principalmente porque no aporta nada a lo ya visto, los avatares de los Katayama, y el genial duelo de bajistas entre Pilgrim, tocando su Rickenbacker como Lemmy Kilminster, y Todd Ingram (Brandon Routh) tocando su Fender como Flea y la resolución del mismo, con Cameo incluido. Por último, el final adolece de que el novio final es el menos carismático de todo.

A mí me ha gustado mucho. Creo que es una película genial para la gente como yo y muchos de los de mi generación. Pero me da a mí que va a ser un oasis en el desierto, ya que no ha recaudado lo suficiente en salas como para que los que tienen la pasta les haya gustado el experimento. Desde luego, no me preocupa demasiado, ya que se que los DVD y Blueray, a lo poco que se lo curren (Y Edgar Wright lo hace) se van a vender como churros. Las veces sucede que no son las películas más taquilleras las que se acaban convirtiendo en clásicos y obras de culto. El mejor ejemplo es Blade Runner. Y no estoy comparando a Scott Pilgrim con Rick Deckard. Es solo que, sinceramente, me parece mil veces mejor esta película como película que Avatar, por poner un ejemplo. Avatar ha supuesto un avance espectacular en la tecnología de hacer cine, si bien no ha aportado nada al cine como arte. En cambio, Scott Pilgrim tiene, entre el ruido y las lucecitas y demás parafernalia, grandísimos hallazgos, que aun es pronto para valorar o ponderar, que creo que pueden suponer mucho. Reitero que creo que el lenguaje del cine está aun por desarrollarse.

Podría hablar y comentar otras muchas cosas, pero no quiero endilgaros un royo muy largo. Además, a partir de aquí, tendría que empezar a entrar a hacer la disección de la película, ir al detalle, lo que no me gusta nada hacer en este foro. Ni a vosotros tampoco, me consta. Ya he sido más explícito de lo que suelo ser.

Por último, pero no menos importante, decir que esta película es una adaptación de un cómic. ¿y qué?. Estoy comentando la puta película, no el cómic. Si queréis, y cuando lo vuelva a leer, otro día os comento el cómic.

E id a verla, que haga taquilla, para que podamos seguir viendo películas novedosas y cool y los de Hollywood no se limiten a sacar la enésima película romántica con julia Roberts o su heredera, Katherine Heighl.

1 comentario:

Anónimo dijo...

tio, sal a emborracharte los sabados y deja de ver esas cosas que ves...anda anda, que todos sabemos que solo ves porno ;-)