sábado, 28 de abril de 2007

24 y la sociedad actual


Por una serie de circunstancias variadas, entre las que está la falta total de respeto que Antena 3 demuestra a los seguidores de esta serie, me estoy viendo la 6ª temporada de la serie “24”, aun no estrenada en la piel de toro, descargada de la red.
¿Qué decir de esta serie? En mi humilde opinión, es el una serie paradigmática del siglo XXI, del que ya llevamos casi una década. A pesar de que su estreno fue anterior a los dramáticos hechos acontecidos el 11-S, ya desde el primer capítulo se traslucían de manera clara, aunque indirecta, una serie certidumbres que, lamentablemente se han ido convirtiendo en certezas poco a poco. Una de esas certidumbres es el miedo.
Parece mentira que en la sociedad en la que vivimos, llena de la luz de la ciencia, el miedo siga siendo uno de los motores de la misma. Miedos de todos los tipos. Como en el medioevo. Y en eso se basan indeseables para manejar a la sociedad a su antojo. Desde gobiernos que intentan convencernos de que los irakíes tenían armas de destrucción masiva con la que nos iban a aniquilar, hasta a que la justicia es muy complicada, entrampada y como no tengas un abogado de Legálitas, la has cagado.
Pero hay un miedo mucho más efectivo: el miedo al diferente. Antes era al rojo del otro lado del muro de acero, ahora es el extremista musulmán. Así que en pleno siglo XXI volvemos a tener guerras de religión. En el momento donde la religión, se dice, cada vez tiene menos peso. Cuando menos, es paradójico.
Y ese es el miedo que los gobiernos, por ejemplo, manejan para embarcarnos en modernas cruzadas que lo único que buscan es el enriquecimiento de unos (pocos) a costa del resto. De vergüenza. Podría hacer aquí una larga explicación, pero creo que llega con decir que esto se explicaba bien en los documentales de Michael Moore “Bowling for Columbine” y “Fahrenheit 9/11”. Sobre todo, en la segunda, se veía quien era quien realmente dirigía la política exterior de los USA, que es a lo que me refería. Reitero: de vergüenza.
Y dicho este royo, ¿Qué tiene esto que ver con 24?
Pues que esa estrategia de fomentar la paranoia social tiene mucho peso en todas las temporadas. Siempre hay algún individuo en la administración de turno que propone medidas de excepción, que causarían el terror en la ciudadanía. Normalmente, se ve que dicho individuo lo hace porque tiene intereses espurios, cuando no directamente ilegales. Y son estas actitudes las que promueven la corrupción, el chantaje y la traición que constantemente surgen en la realidad y, en la ficción, al paso de Jack Bauer, el ejemplo del héroe del presente siglo: Un individuo de fuertes convicciones pero de integridad y mesura algo distraídas, en especial en lo que concierne a los derechos humanos. Tal como le sucede al país que defiende, que se proclama muy democrático, pero mantiene Guantánamo y Abu Ghraib. Donde se tortura y se pasan por el arco de triunfo los derechos humanos.
Lo curioso del asunto es ver como esa actitud va provocando la autodestrucción de los personajes. En especial a Bauer, que temporada a temporada se va deshumanizando y perdiendo la confianza en la humanidad por simple y puro machacamiento por parte de todo el mundo: Los “malos”, sus amigos, (Tony Almeida o Chloe le exigen en demasía, por no hablar de Nina) y su familia (su hija Kim jamás se ha portado como debiera con él). Este detalle rebaja considerablemente el mensaje claramente tendencioso que la serie podría tener. En la 6ª temporada, y no es un Spoiler, apenas tiene empatía después del episodio de los chinos. Es poco más que una sombra. Y aun así, sigue siendo el amo del cotarro…Y no digo más.
Lo que más destaca de la serie es su ritmo trepidante. No deja un segundo de respiro y sabes que cada capítulo va a ser otra vuelta de tuerca. Y ya van 6 días (temporadas)… Este estilo de contar las cosas ya ha sido mil veces copiado, en películas (“Mentes criminales”, “Swat”, “Tras las líneas enemigas”…) y otras series, como “The Unit”, “Prison Break” o “Bones”(aunque esta última tome más cosas de la otra gran serie paradigmática de la década ,C.S.I.), con lo que tal vez, a pesar de ser la original, ha perdido algo del efecto sorpresa.
Lo que hay que admitir es la gran imaginación de los guionistas, que siempre encuentran la manera de sorprendernos retorciendo las tramas, aun después de tantos capítulos emitidos. Eso es posible, en parte, gracias a la gran cantidad de personajes que hay en la serie, personajes de todo tipo y calado. Personajes que, a lo mejor aparecen en un capítulo y luego cobran vital importancia en la temporada siguiente. Personajes que están muy bien dibujados y definidos, lo que sin duda alguna ayuda mucho a la hora de definir la propia serie y contar los hechos. Esto es otro gran mérito de los guionistas. Personajes que aparentan insignificantes tienen un poderoso bagaje detrás que salta a escena en el momento adecuado. Y el primero es el propio Bauer. Curiosamente, es el personaje del que menos sabemos. ¿Cómo ha llegado a tener el poder que tiene?, ¿como es que ha llegado a tan altas estancias? Porque en la primera temporada ya es un tipo con mucha influencia…Nos vamos enterando por cuentagotas de su vida más allá de Nina, Terry y Kim. Una vida que se adivina bastante siniestra y problemática, sobre todo en las últimas temporadas. Creo que pronto su pasado será excepcionalmente importante.

Añadir que la mortalidad en la serie es muy muy alta, que muere hasta el apuntador, muchas veces con muy mala leche por parte de los guionistas, lo que es bastante interesante. Grandes personajes mueren de la manera más ridícula mientras que ese personaje pequeñito tiene una muerte gloriosa y vital. Esto aporta un morboso interés añadido a la trama. Si es que los humanos somos así…
Y ahora llegamos a un punto clave. Durante sus andanzas, de altos vuelos, Jack y co. vulneran constantemente las leyes. Incluso las más fundamentales son saltadas a la torera en nombre de la seguridad nacional. Constantemente se encuentran al límite de lo permisible, pasando con mucha frecuencia la raya y llegando al crimen contra la humanidad. La pregunta es, ¿es lícito?¿justificable? Ahora no hablamos de Espartanos belicosos que vivían hace 2.500 años. Ni siquiera hablamos de Florentinos de la época de Maquiavelo. Hablamos de gente que vive en nuestros días, gente que ha nacido después de las 2 guerras mundiales…¿Es la serie fascista o imperialista? Pues no creo que lo sea especialmente. Ya he dicho que, en el fondo, solo es una representación dolorosamente certera de lo que sucede actualmente. Y más en los USA. Por lo que es tan fascista o imperialista como lo es la sociedad americana actual. Además, como también he dicho, queda claro que esas actitudes y acciones tan cuestionables destruyen a los personajes. No les salen gratis. Con esto se perdería gran parte de la posible justificación de esas actitudes que alguien le podría dar.
Desde luego, no es una serie ejemplarizante. Jack Bauer no es ningún modelo de conducta. Ni tiene por qué serlo. Ya he comentado en otros posts que no creo que los medios de masas deban de ser educativos o ejemplarizantes. No está mal que aporten algo positivo, pero no es su función.
Es una serie muy buena, como serie (formalmente) y como historia. Merece mucho la pena verla, si tu corazón aguanta, claro…Es una pena que esté tan maltratada por Antena 3. Si es que no aprenden que al cliente, el espectador, hay que cuidarlo. Después se lamentan de las audiencias y resultados.



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