miércoles, 16 de octubre de 2013

"The World's End" Lo que hemos perdido en el camino




En reiteradas ocasiones, en este blog ha salido el tema de la juventud y/o infancia y lo mucho que nos marca. Como tendemos a sublimar el pasado y caer en la tentación de idealizarlo, para bien o para mal. Como se convierte en nuestro equipaje vital y nos conforma. Como tenemos que aprender a vivir con él. Y a convivir. Como la nostalgia se convierte en uno de nuestros motores.

Y eso es lo que subyace en la película que nos ocupa hoy, “The World's End”, la tercera y última parte de “la trilogía del Corneto de tres sabores” o “de la sangre y el helado”, compuesta por “Zombies Party” (Shawn of the Death, 2004) y “Hot Fuzz” (Idem 2007). A pesar de que las tres películas son independientes, las une una serie de características, que veremos con posterioridad, que permite considerarlas como la trilogía que sus creadores afirman que son.

Gary King (Simon Pegg)es un hombre desempleado y hedonista, una ruina humana que decide reunir a sus amigos de la juventud para regresar a su pueblo natal, Newton Haven, e intentar hacer un recorrido etílico que dejaron inconcluso veinte años atrás. La hazaña es conocida como "la milla dorada", y consiste en beber una pinta de cerveza en cada uno de los doce pubs locales en una sola noche: The First Post, The Old Familiar, The Famous Cock, The Cross Hands, The Good Companions, The Trusty Servant, The Two Headed Dog, The Mermaid, The Beehive, The King's Head, The Hole in the Wall y The World's End. Aunque al principio se muestran dubitativo al comienzo, Gary logra convencer a sus amigos, Peter Page (Eddie Marsan), Oliver Chamberlain (Martin Freeman), Steven Prince (Paddy Considine) y Andy Knightley (Nick Frost) con artimañas. Aunque sus amigos tienen vidas y responsabilidades de adultos, Gary ha cambiado poco desde 1990, por lo que conserva su personalidad impulsiva y poco fiable, lo que hace que la cosa vaya de mal en peor hasta que sucede lo inesperado...


En esta tercera parte de la trilogía “del corneto de tres sabores” volvemos a encontrarnos con que el motor de la acción es la amistad masculina intensa. Esa que, en cine, se ha venido a llamar “Bromance”, una relación de amistad profunda entre dos o más hombres desprovista de toda connotación homosexual o sentimental nacida de las experiencias convividas y sufridas y de la que es ajenas las mujeres, a excepción de alguna hermana de buen ver. También nos encontramos de nuevo con cierto síndrome de Peter Pan. Pero ésta nace por falta de madurez, si no por que los personajes, que aun no han alcanzado los 40, son plenamente conscientes de que su mejor momento, el gran cúlmen de su existencia, ya ha pasado. Ahora solo queda mantenerse, con suerte, o afrontar un lento declinar. Y asumir que lo que son, no se asemeja en nada a sus aspiraciones juveniles. Es decir, es una interesante manera de afrontar lo que la escuela romántica alemana llama “Dolor romántico del mundo” o “Weltschmerz”, si bien con una orientación a la comedia que hace digerible lo que, en el fondo, es un drama personal de bastante enjundia.

Y todo esto en unas circunstancias apocalípticas (una invasión Zombie, una guerra urbana...) globales, pero desde un punto de vista doméstico. Muy doméstico en el caso de “Zombies Party”. Los protagonistas, perdidos en el maremagnum y sabiéndose simples peleles, deciden plantar cara a la las circunstancias y defender su status quo, sus derechos y, en una curiosa cabrioleta, su libre albedrío. Y su derecho a ser imperfectos. Y, porqué no, a ser infelices.

Todo esto lo encontramos en la película. Pero, en mi opinión, también encontramos alguna de estos temas o características en otros de los productos de estos autores, más allá de la trilogía citada. En “Paul”(Idem, 2011) por ejemplo (Guión de Simon Pegg y Nick Frost), O “Scott Pilgrim Vs. The World”(2010), con guión de Edgar Wright. Pero también en ciertos pasajes de “Las aventuras de Tintin: El Secreto del Unicornio” (2011). Si bien, en este último caso, vienen heredado de la obra de Hergé, los guionistas de la primera película animada de Spielberg, Edgar Wright, Steve Moffatt y Joe Cornish han tratado estos temas en otras de sus obras. Y digo esto porque me parecen grandes temas y es un poco reduccionista la manera en que todos, incluidos los autores, están tratando la cuestión, limitándolo a una simple trilogía.


La película en sí es realmente entretenida. Tenemos que reconocer que los ingleses tienen una voz personal a la hora de hacer ficción, ya sea en cine como en Tv. Y Edgar Wright está entre sus principales portavoces. Son productos humildes, sin vocación de grandilocuencia, pero muy imaginativos. Tienen algo domestico, en este caso, creo que buscado adrede, muy agradable. Por otra parte, más allá de que las constantes de la trilogía se mantengan, eso no quiere decir en absoluto que la película carezca de entidad personal y/o reitere en cosas ya vistas. La gracia de los autores está en afrontar tres veces temas semejantes desde diferentes puntos de vista y resultar novedosos en todos los casos. Podemos decir que es una descripción-apocalíptica- de los varones británicos de entre 30 y 45 años.

El concepto que subyace es semejante al de “Abierto hasta el amanecer” (From Dusk till Dawn, 1996). Pero en la película del Gringo Rodríguez, la llegada a “La Teta Enroscada” marcaba un punto y aparte, los hechos incitadores de “The World's End” no cambian tanto el sentido del conjunto, gracias a cuestiones argumentales que devienen en esenciales para la consecución del tercer acto.

Pero es mucho más fácil hacer una película buena cuando tienes al elenco de excelentes y probados actores con los que cuenta esta película. Así como la cantera de Dr. Who, que ha marcado bastante más de lo que nos parece la Sci-Fi británica.

Creo que poco más es lo que debo de añadir y/o comentar. Yo la recomiendo. Es buena para una tarde de lluvia o una noche a primera hora.

Pero no me puedo despedir sin comentar que Wright está ahora mismo embarcado en la realización de “Ant-man”, parte de la segunda o tercera fase del macro proyecto Marvel. Para el que no lo sepa, Ant-man, alter ego de Hank Pym es uno de los fundadores de Los Vengadores y creador de Ultrón. Hago notar que el subtítulo de “Los Vengadores 2” es “La era de Ultrón”

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