miércoles, 9 de febrero de 2011

Todos hemos ido al instituto: Rumores y mentiras.


En los últimos tiempos, estamos asistiendo al nacimiento de una nueva clase de comedia romántica en Hollywood, alejada en cierta manera del modelo boy-meets-a-girl que triunfó en décadas anteriores. Por citar algunos ejemplos que nos orienten, citaré “Juno”, “Paso de ti”, “Supersalidos” o “Lío Embarazoso”. Estas nuevas comedias se caracterizan por la presencia de mujeres fuertes, conscientes del nuevo papel que les ha tocado vivir en el siglo XX, aunque no muy seguras de qué es lo que ello significa y qué es lo que se espera de ellas. Suelen ser mujeres algo irónicas, sobradas y con la lengua afilada, tal vez para ocultar que no son tan fuertes como se creen. O quieren hacer ver. En cambio, ellos son tremendamente infantiles o inmaduros, pero, a diferencia del caso de ellas, porque no quieren asimilar lo que les corresponde, que por desgracia para ellos, conocen muy bien.

Y este nuevo tipo de personajes se relaciona en ambientes conocidos, pero retratados desde una nueva óptica, más moderna, ácida y descreída. Muchas veces desde el desencanto. Y si es que en algo se caracterizan estas nuevas comedias es que muchas veces, a pesar de reírte mucho con ellas, maldita gracia tiene lo que allí se refleja; si se rasca un poco.

La película que nos ocupa hoy, “Easy A”, o “Rumores y mentiras” en España, se puede enmarcar en esta nueva ola, como veremos. Pero primero, el argumento:

Olive Pendergast (Emma Stone) es la típica adolescente de 17 años que pasa desapercibida en el instituto. Como ella misma dice, el Google maps no la encontraría ni aunque se vistiera de edificio. Estudia, se dedica a lo suyo, no pertenece a ninguna hermandad ni tiene un círculo de amigos excesivamente amplio. Como la mayoría de los adolescentes. Pero un día, para librarse de un terrible fin de semana de acampada con su mejor amiga Rihannon (Alyson Michalka), decide inventarse que tiene una cita con un universitario llamado George. Al lunes siguiente, agobiada por su amiga, continúa con la mentira y le dice que pasaron todo el fin de semana juntos y que, claro “lo hicieron”, exagerando lo que supuestamente sucedió. Desgraciadamente, esa conversación es oída por Marianne (Amanda Bynes) una loca cristiana ultramontana de esas del Tea Party. En pocos minutos, la celebridad de Olive en el instituto crece muchos enteros.

El problema surge cuando, los hechos se alían para potenciar su fama de golfa. Llegado un momento, todos en el instituto la tienen por una fresca. Y ella, en vez de intentar acallar los rumores, decide ayudar a un amigo homosexual para que dejen de vejarlo. En una fiesta en casa de la más popular del instituto, fingen un polvazo ruidoso y apoteósico. A partir de ahí, todo se desmanda. Y ella decide fingir ser la supuesta mujer fatal que todos presuponen que es y sacar provecho de ello, lo que le ocasionará no pocos problemas.

Lo primero y más evidente que hay que contar de esta película es que nos ha permitido descubrir a una comedianta de primera: Emma Stone se hace con la película desde el primer minuto con un personaje algo extremo que no cae en la exageración. En todo momento demuestra tenerle cogida la medida a la película y compone una Olive rica en matices y con la que es fácil empatizar. Y si bien todos sus compañeros la miran extrañados por ser como es (la película justifica muy bien porqué es así), está bien integrada en la comunidad que habita el film, también excelente y muy bien interpretada. Se corría el riesgo de que Olive acabara siendo un personaje soberbio, que mirara a los demás un poco por encima del hombro, como Juno en algunos momentos. También podría haber acabado siendo una simple parodia. Sin embargo, está muy ajustado.

También me gustaría destacar el guión, férreo y muy trabajado. Es de esos que transcurren poco a poco, en medio de diálogos rápidos y mordaces, muy cercanos a la sitcom y que van repartiendo estopa a diestro y siniestro con diferentes grados de sutilidad y crueldad. La información se te da muy bien dosificada. Los diálogos son naturales, no se ven forzados y los chistes están excelentemente colocados. Además, la estructura es excelente, con los actos muy bien marcados y señalados.Me ha gustado mucho que Olive sea la propia narradora de la historia a través de una web cam. Esto hace que se pueda meter un narrador que no sea molesto y que aporte mucha información que deviene en esencial sin subrayar ni enfatizar. No es nada fácil lograr esto.

Pero lo mejor del guión es que expone a gente de verdad. No es una comedia descerebrada, al contrario, se percibe un intenso poso cultural, con referencias a Hawthorne y otros clásicos de la literatura. Los adolescentes que exponen no son prototipos ni esquemas: te tragas que son gente normal, haciendo su vida normal, estudiando y pasándoselo bien en un pueblito del Condado de Orange (California) llamado Ojai. Ya he utilizado la palabra “comunidad” antes y vuelvo a utilizarla, pues es lo que se percibe. Y parte de ese mérito es del director. Parece que no esté ahí, contándonos la historia. Ya sabemos que la mirada del director es la de la película: la elección de los planos es una cuestión moral. Pero aquí, Will Gluck, ha decidido aparentar que ha desaparecido, cediendo el protagonismo narrativo a Olive, lo que es una idea muy inteligente. Y es curioso, porque, sobre todo, los (excelentes) títulos de crédito, tanto los del comienzo, como los del final, son muy sujetivos y trabajados y suponen toda una declaración de principios, potenciada por la trabajada elección de los temas musicales.

Y es que se percibe que es una película que aparenta ser menor pero en la que nada se ha dejado al azar, dando una sensación de obra completa que es muy agradable, como lo es el hecho de que intente ir más allá de los arquetipos y contarnos algo más apegado a la realidad (bueno, es una película) de una manera fresca y desprejuiciada, divertida. Sin embargo, y tal como he dicho, reparte estopa a diestro y siniestro. Critica de forma más o menos velada la religión, el fundamentalismo, la falta de perspectiva, el sexo, las relaciones interpersonales y todo lo que se le ponga a tiro. Y lo hace sin hacer sangre, que al fin y al cabo es una comedia. Pero ¡cuanta razón tiene! En muchos aspectos, recuerda a las comedias clásicas.

Pero no todo es genial en esta película. Algún defecto tenía que tener, ¿no?. Y ese es, a mi juicio, el final. Demasiado happy. Se han aplicado la norma de bien está lo que bien acaba y se marcan un final algo forzado. No llevan la historia a sus últimas consecuencias, como deberían de haber hecho. Hubiera podido ser demasiado fuerte. Es una pena. Pero creo que es un mal menor, porque no es que acabe bien en el sentido que le suele gustar a Hollywood, lo que ya es bastante.

En fin. Creo que es una película muy recomendable. Os dejo el trailer en Español, aunque aviso que, como pasa con frecuencia, engaña:



Rumores y mentiras - tráiler en español
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1 comentario:

ray senda dijo...

Me alegra ver que al final has escrito la crítica que llevabas tanto tiempo guardando.

Juno me aburrió soberanamente (no ví ni la comedia ni el romanticismo en ningún lado) y otras del corte ya ni te cuento, pero le daré una oportunidad a la peli, ya que la pones tan bien.